Este método, propuesto en 1987 por Sahlman y Scherlis de la Harvard Business School, lo emplean las empresas de Venture Capital cuyo objetivo es invertir temporalmente en startups. Las prefieren tecnológicas, ya en la fase de ventas y con un alto potencial de crecimiento. El VC confía en ayudarlas a crecer y aumentar su valor para, en unos cinco años, vender su participación. El Venture Capital desea participar en startups candidatas a ser grandes ganadoras con el objetivo de que alguna lo consiga. Por eso exige una rentabilidad elevada a sus inversiones, para seleccionar solo los proyectos escalables con un alto potencial de crear valor. Va en busca de un futuro unicornio (empresa no cotizada que ha crecido rápidamente y cuya valoración supera los 1.000 millones de dólares, como Airbnb).
Los objetivos de la inversión del Venture Capital en una startup
Su participación es temporal, en torno a los cinco años. En ese plazo apoyará a la startup para hacerla crecer rentablemente. Para ello aportará también asesoría, contactos y ayuda en posteriores rondas de financiación. Su objetivo es incrementar su inversión en un multiplicador ROI (return on investment) del orden de 10x. Por ejemplo, si va a aportar 150.000 euros con un objetivo de salida a los cinco años, intentará recuperar en ese plazo 1.500.000 euros. Esto equivale a una rentabilidad anual del 58,5%. Esta tasa tan alta obedece, entre otras razones, a que la probabilidad de fracaso de la startup es elevada. Se estima que cerca del 90% de las startups no llegan a consolidarse.
El plan de negocios para la valoración
El Venture Capital consensuará con el emprendedor unas previsiones financieras hasta el plazo de salida. Incluso puede aceptar el escenario (siempre optimista) del emprendedor para comprometerlo a que lo logre y mantener un buen clima en la negociación que ayude a colaborar eficazmente en el futuro. Para compensar ese optimismo y la posibilidad de fracaso de la empresa, el Venture Capital exige una tasa de rentabilidad elevada.
El valor previsto del patrimonio neto en el momento de salida
Para estimar este valor el Venture Capital utiliza un múltiplo del beneficio neto o de las ventas. Por ejemplo, si el beneficio previsto dentro de cinco años es de 2 millones de euros y el múltiplo PER (relación entre el precio de la acción y el beneficio de la acción) es de 10, el valor del patrimonio neto resulta de 20 millones de euros. El múltiplo se toma del correspondiente al de otras empresa similares a la startup. Otro múltiplo puede ser el precio sobre las ventas. También se usa el múltiplo del Ebitda (el resultado de explotación más la amortización del inmovilizado) con un valor de unas 7 veces.
El valor actual del patrimonio neto
A continuación, se actualiza a la fecha de la valoración el valor del patrimonio neto estimado en el paso anterior. Para ello, se divide dicho valor por el multiplicador ROI del VC. En el ejemplo, ese valor actual es de 2.000.000 euros (20.000.000 / 10).
La estimación de la participación del Venture Capital
Se obtiene por el cociente entre el importe de su inversión y el valor actual estimado del patrimonio neto de la startup. En el ejemplo esta participación asciende al 7,5% (150.000 / 2.000.000). Este porcentaje es orientativo y sirve como base de partida para la negociación entre ambas partes.
Pero, con independencia de la valoración estimada y la participación que se acuerde, el VC antepone los aspectos cualitativos. Nunca invertirá en un proyecto que carezca de un buen producto con un mercado potencial atractivo, de una lógica empresarial con un modelo de negocio razonable y, sobre todo, de un equipo solvente y capaz de llevarlo a buen término. Para el Venture Capital también es importante que el emprendedor ponga su dinero y esfuerzo donde le pide que ponga los suyos.
Juan Pérez-Carballo, Director del Máster en Dirección Financiera de Next Educación.