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Toda empresa necesita un tesorero experto para evitar las crisis tesoreras

Los problemas de tesorería surgen fundamentalmente por las siguientes causas:

1.    Un crecimiento excesivo: aparece cuando el aumento de la actividad supera el que puede financiar la empresa manteniendo su equilibrio financiero. Como las NOF son proporcionales a las ventas, un incremento de éstas del 20% genera un aumento similar de las NOF y de su financiación. Las soluciones se basan en reducir el crecimiento, aumentar el fondo de maniobra, reducir las NOF o recabar más financiación bancaria a corto plazo a costa de aumentar el riesgo financiero.

2.  Unos fondos permanentes escasos: surge si la financiación permanente es menor a la exigida para cubrir las necesidades. Puede obedecer a un patrimonio neto escaso, una estructura de la deuda desequilibrada, con un vencimiento excesivo a corto plazo, o un exceso de inmovilizado o de activos ociosos. Esto obliga a obtener una más financiación a corto plazo para cubrir las NOF. 

3.  Una gestión deficiente del capital circulante operativo: si las existencias, las cuentas a cobrar y las cuentas a pagar se gestionan incorrectamente, aumentarán las NOF y se precisarán fondos para financiar esa inversión adicional.

4.   La reducción de la actividad: que minore los fondos generados. Esta caída afecta más gravemente a la tesorería cuando predominan los gastos fijos, se retrasan los cobros, crecen los impagados o se producen pérdidas. En otros casos, puede mejorar la liquidez por su efecto reductor sobre las NOF, aunque la aparición de pérdidas puede anular este efecto.

5.  La descapitalización de la empresa: si se producen pérdidas recurrentes se reduce el patrimonio neto, lo que exigirá más financiación o reducir el activo neto.

6.  Un endeudamiento excesivo: los flujos de caja generados pueden ser insuficientes para cubrir el servicio de la deuda. Se precisa reestructurar la financiación o reducir el activo neto.

7.   Un suceso catastrófico: ajeno, como el concurso de acreedores del principal cliente, o propio, como un siniestro. Para evitar los efectos se precisa una buena gestión del riesgo. 

8.   Por último, la crisis puede surgir por una mala gestión de la función tesorera.

En los siete primeros casos las soluciones a los problemas se encuentran fundamentalmente río arriba, en la gestión de las actividades comerciales y operativas, y en la parte alta del balance (el inmovilizado y la financiación permanente). Pero el tesorero debe estar atento a identificar estos síntomas para advertir a la dirección de la posible aparición de las situaciones descritas.

En el último caso se trata de mejorar la gestión de la tesorería mediante la aplicación de las buenas prácticas en este campo, contando con un tesorero experto y con los recursos informáticos adecuados.

Al fin y al cabo toda empresa, sea grande o pequeña, precisa un tesorero experto porque las crisis tesoreras son fatales para ambos tipos de organizaciones.

Juan Pérez-Carballo

Director del curso de Gestión de Tesorería EGT

Instituto Español de Analistas Financieros