El cuadro recoge algunos indicadores de una empresa de proyectos y servicios que en un periodo de trece años (del año n al n+13) creció muy rápidamente, redujo márgenes para captar mercado exterior y financió su crecimiento con deuda. Cuando su mercado se dio la vuelta, cayeron las ventas, entró en pérdidas e incumplió el servicio de su deuda (ver la columna del año n+14), teniendo que solicitar el preconcurso de acreedores
- En ese periodo de 13 años las ventas crecieron a una elevada tasa media (TACC) del 13% al año, aunque su activo lo hizo aún más, por encima del 20% anual.
- Aunque su beneficio creció el 9% al año, su relación con las ventas ?el margen? se redujo casi a la mitad.
- El crecimiento se financió básicamente con deuda, por lo que el pasivo creció por encima de las ventas y del activo y llegó a representar el 90% del activo, como si se tratase de un banco.
- La relación entre el beneficio neto y el patrimonio neto de los accionistas, que mide su rentabilidad contable ROE, se redujo del 13,2% a solo el 4,7% en el año n+13.
- Ya en el año n+14 la pérdida fue cuantiosa, el margen y la rentabilidad negativos y desapareció buena parte del patrimonio neto acumulado con esfuerzo durante tantos años.
El obligado plan de reconversión aplica las medidas habituales: cambio accionarial, ajuste del modelo de negocio, concentración de la actividad, recorte de las inversiones, refinanciación mediante ampliación de capital y desinversiones, eliminación del dividendo… La pregunta quizá sea: siendo una historia tan conocida ¿cómo se sigue repitiendo? Quizá la respuesta sea también la de siempre: el conocimiento, como la tecnología, crece exponencialmente y se acumula y transmite colectivamente, pero es adquirido individualmente por cada profesional, quien siempre empieza desde cero, con su partitura en blanco. Por eso, conviene aprender de la experiencia ajena: duele menos.
Juan Pérez-Carballo
Director del Curso de Control de Gestión
Escuela de Economía
Colegio de Economistas de Madrid
30 de septiembre 2016
