Mario Andretti, campeón mundial de fórmula Uno en 1978, decía: si todo parece estar bajo control, significa que vas muy despacio.
El control no puede cubrir todo
Porque el riesgo también es consustancial con la gestión empresarial. Existe riesgo cuando se pueden producir sucesos adversos. El riesgo siempre está presente en la empresa porque se gestiona el futuro; solo el pasado está libre de riesgo. Pero si se pretendiese eliminarlo totalmente, el coste de las coberturas haría que la rentabilidad fuese la de los activos libres de riesgo. Luego hay riesgos asumibles, los que no cuestionan la continuidad de la empresa.
Siempre se debe controlar el riesgo catastrófico
Es el que amenaza seriamente la vida de la empresa y que si se materializa la puede tumbar. Es el llamado riesgo de cola que se asocia con un suceso raro, con una probabilidad muy inferior al 1%, pero de efectos adversos contundentes sobre la economía y las empresas. La denominación alude a que una variable tome el valor extremo perjudicial situado en la cola de la distribución de probabilidad tipo campana del evento. El riesgo de cola es pues la posibilidad de una fuerte y rápida pérdida si ocurre ese suceso. El primer objetivo de cualquier organismo es sobrevivir, después, obtener una utilidad. Por eso los riesgos de cola han de ser gestionados y controlados, aunque aislados sean muy poco probables. La cuestión está en que hay tantísimas cosas dañinas posibles que alguna termina ocurriendo. Parece que cada tres años se materializa un riesgo de cola.
Un riesgo de cola es un suceso improbable, difícil de imaginar y de efectos fatales
Por su rareza, Taleb lo denominó Cisne Negro, pero una vez producido se racionaliza y se piensa que era predecible. Se trata de un suceso raro como las sucesivas y graves crisis iniciadas en 2008. También algún suceso excepcional como la erupción en 2010 del volcán islandés Eyjafjalla, que provocó el caos en el tráfico aéreo y una crisis hotelera, o una pandemia del tipo Covid-19. Sin embargo, por su escasa probabilidad, no es habitual tomar medidas para evitar sus efectos, olvidando que son muchas las amenazas.
El control del riesgo de cola ha de ser preventivo
Se trata de que la empresa esté preparada para paliar los efectos de un Cisne Negro. Con una buena salud financiera y de negocio, diversificando eficientemente y conociendo bien la sensibilidad de sus actividades. También puede contratar productos financieros para cubrir variaciones de precios. Igualmente, puede simular su capacidad de resistencia para superar escenarios de crisis. Se evalúa su comportamiento financiero en un escenario muy desfavorable e improbable pero factible. Esta prueba de estrés recomendará medidas para fortalecer la salud de la empresa ante sucesos extremos. Se identificarán e implantarán medidas reductoras del posible efecto. Un reductor rebaja la gravedad del daño del riesgo de cola. Por ejemplo, un peso elevado de los gastos variables permite ajustar los costes más fácilmente ante una caída de las ventas. Esta prueba es específica de cada empresa sin que haya soluciones tipo talla única para todos.
Pero también hay ganadores
El último Cisne Negro del Covid-19 benefició a muchas actividades. Los ganadores son bien conocidos: tecnología, consumo, sanidad privada… En menos de año y medio Amazon, por ejemplo, se revalorizó más de un cien por cien. También hay que estar preparado para aprovechar la oportunidad.
La incertidumbre es una medida de la ignorancia.
El Cisne Negro nace de la incertidumbre y ésta se refiere a que pueden suceder cosas desconocidas. El grado de incertidumbre no es igual para todos. Lo que para uno es incertidumbre para otro es riesgo. Por eso la empresa debe investigar y componer su mapa de riesgos para incluir los sucesos catastróficos, sus efectos y las medidas para cubrirlos. Es irresponsable no tomar medidas para evitar un daño que puede ser letal.
Dr. Juan Pérez-Carballo. Director del Máster en Dirección Financiera de Next IBS (acreditado por la CNMV). Director del curso de Control de Gestión del Colegio de Economistas de Madrid (acreditado por el Registro del CEMAD).
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