En el control de gestión importa diferenciar entre riesgo e incertidumbre porque su gestión y sus efectos difieren.
El riesgo surge de posibles sucesos identificados de efectos adversos
La existencia de riesgo justifica que los resultados no sean los previstos si se producen sucesos conocidos cuyas consecuencias pueden prevenirse. Por ejemplo, diversificando el suministro por si falla el proveedor habitual, asegurando la oficina contra incendios o contratando una opción cap para cubrir la volatilidad del tipo de cambio. Para gestionarlo se usan los sistemas tipo ERM (enterprise risk management) que identifican, evalúan e informan de cualquier peligro relevante que amenace o pueda amenazar a la empresa. Pero el objetivo no es cubrir todos los riesgos, sino los realmente peligrosos. Los pilotos de Fórmula 1 recuerdan las palabras de Mario Andretti: si todo está bajo control, es que vas muy despacio.
La incertidumbre es la posibilidad de que se produzcan sorpresas
Se sabe que pueden pasar muchas cosas desfavorables, pero imprevisibles. Se ignoran muchas de ellas y, por tanto, sus consecuencias. La mayoría de los gestores reconocen haber sido sorprendidos por algo que desconocían o por un imprevisto. Una pandemia, la erupción de un volcán y su repercusión sobre el tráfico aéreo y el turismo o el colapso del transporte de mercancías. Pero ¿cómo protegerse de lo desconocido? Si pudiésemos definir el peligro, dejaría de serlo, advertía Sherlock Holmes, pues se evitaría.
La incertidumbre para unos puede ser riesgo para otros
Para un financiero no es una incertidumbre que si el tipo de interés sube el coste de la deuda también lo hará. Esto ya es riesgo para casi cualquiera. La incertidumbre sería ignorar que el tipo de interés puede subir y afectar al coste de la deuda. Pero esto más que incertidumbre podría calificarse como ignorancia. Por eso la incertidumbre nace también de desconocer lo que se hace. La incertidumbre es una medida de la ignorancia, decía el científico Poincaré.
Cómo gestionar la incertidumbre
Si la incertidumbre se explica en parte por la ignorancia, se puede gestionar convirtiéndola en riesgo. Ello exige mejorar el conocimiento y aprender con la experiencia propia y ajena -el secular consejo de saber para prevenir. Lo que para alguien es riesgo para otro peor informado es incertidumbre. Luego el conocimiento reduce la incertidumbre. Pero ésta también se gestiona habilitando holguras para afrontar lo imprevisto. Por ejemplo, si se prevé necesaria una financiación de 50.000 € pueden contratarse otros 10.000 para cubrir imprevistos. Al igual que otros seguros, este margen de seguridad tiene un coste. pero protege de la incertidumbre y lo deseable es que no se llegue a usar, como es el caso de quien tiene un seguro de vida.
Dr. Juan Pérez Carballo
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